Lionel Messi, un genio con Síndrome de Asperger

Efemérides

UN GENIO LLAMADO LIONEL MESSI

Un día como hoy – 18/02/2021

A Lionel Messi le diagnosticaron dos enfermedades cuando tenía nueve años. Primero, la deficiencia de la hormona de crecimiento que se evidenciaba en sus 125 centímetros de estatura, fragilidad para lesionarse y cansancio excesivo cuando se vestía de cortos negros e ingresaba a la cancha de Newell’s Old Boys de Rosario, equipo donde dio sus primeros pasos como jugador en 1994.

La segunda, el Síndrome de Asperger, o síndrome de la genialidad, una extraña enfermedad –confirmada por algunos y cuestionada por otros– que solo le permitía concentrarse en un asunto y nada más: el fútbol.

Algunos lo tildaban de autómata, otros de tímido, otros de autista. Silvana Suárez, una de sus profesoras, decía que ese nene, el menor de los Messi, tenía problemas para relacionarse con los adultos; que no prestaba atención en clase de matemáticas porque siempre quería salir por las calles de su barrio Las Heras, para tomar un balón, así fuera de trapo o de plástico, quebrar cinturas y romperle las manos al pibe que estuviera en el arco.

A sus 13 años, Messi llegó al Barcelona, equipo que no lo despreció y se la jugó para pagarle su costoso tratamiento hormonal. No era un tipo dicharachero ni amiguero, por eso, en sus primeros años en el Barça Junior, se apartaba de la multitud y se iba solito a una esquina con su pelota cuando se terminaban los entrenos.

Aunque le costó adaptarse a una nueva vida alejada de su Rosario natal, ese pibe, esa maquinita de goles y jugadas, ese tipito que se enojaba si lo sacaban en la mitad de un partido, debutaba – de la mano de Frank Rijkaard- a los 16 años en el primer equipo del Barcelona contra el Porto en un partido amistoso. Fue ahí en 2003 que comenzaba su carrera como crack internacional.

El síndrome de Asperger de Messi, confirmado por tres periodistas y cuestionado por una decena de psicólogos, psiquiatras y la opinión pública en general, fue, en palabras del periodista argentino Ernesto Morales, la enfermedad que lo catapultó a ser el goleador histórico del club catalán y de la Liga Española. 

Según Morales, un rasgo distintivo de las personas que padecen esta patología es su noble capacidad para obedecer. Lio solo obedecía a su padre, quien le decía “jugá a la pelota, tipito, que yo me encargo del resto”. Y Messi, aprovechando su genialidad, no ha hecho nada más.

(Fuente: Las dos orillas)

 

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