Henderson está de luto
Ni la bandera a media asta que está frente al municipio tiene ganas de flamear. Está quieta, como si tampoco entendiera qué es lo que ocurre.
En el hall del Palacio Municipal está el cuerpo de Jorge Cortés siendo despedido por un pueblo que aun no comprende lo que está viviendo.
Se armó una especie de pasillo al costado del ataúd y por allí circula cada una de las personas que deciden despedirlo. Un sector especial es para sus familiares, aun incrédulos y lógicamente conmovidos.
Dos ambulancias se ubican en la calle frente a la plaza y un móvil de Bomberos Voluntarios hace guardia frente a la puerta que da a la calle Moreno. Afuera, se observa alrededor de una decena de coronas de personas y asociaciones que también quisieron decir presente en este trágico momento.
El hospital también se vistió de luto. Así lo reflejan los “moños” negros que se vislumbran en los vidrios del nosocomio. Es que además de intendente, Cortés fue director de esta institución que en pocos meses debió despedir a tres de sus médicos.
Nada es igual en Henderson desde anoche. Ni la bandera tiene ganas de flamear.
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