Carta de un hermano a otro

Daireaux

De Oscar para Caíto

18:14:44 – 19/07/2021

Esta tarde, a través de Marcela Pastormerlo, se viralizó una carta que Oscar le había realizado a Ricardo “Caíto” Pastormerlo.

Allí, expresa su parecer y su agradecimiento a para con su hermano. La misiva tiene como fecha junio de 2021. Oscar, falleció el 4 de junio y enlutó tanto al distrito de Daireaux como al de Guaminí, donde había estado radicado y trabajado durante muchos años.

Conociendo también lo apreciado que es “Caíto” en la comunidad, en MENSUARIO INFO HD le pedimos a Marcela poder compartir esta carta. No solo accedió sino que además dijo que quería que se difunda y que “amo a mis hermanos y estoy orgullosa de cada uno de ellos”.

 

Carta de un hermano a otro

Junio 2021

SIMPLEMENTE CAITO

Si digo RICARDO MARCELO PASTORMERLO seguramente son pocas las personas que lo reconozcan.

Pero digo “CAITO” y no necesito poner el apellido. En Daireaux todos saben de quién se trata.

El menor de siete hermanos, por lo tanto, el más “mimado”; creció y se fue transformando para nosotros (su flia) en la “oveja negra”, porque en el fondo (y él no sé si lo sabía) nos hacía poner muy mal con sus permanentes exposiciones públicas, luchando una pelea desigual contra los molinos de viento de la burocracia.

Con el tiempo y ya entrando en años nos fuimos dando cuenta que las ovejas negras éramos nosotros. A nosotros la sociedad nos cambió la esencia natural del ser humano.

Caito nunca se dejó contaminar por las reglas del hombre. Siempre fue fiel a su naturaleza humana. Eso hizo que muchas veces enfrentara demasiado vehemente una situación; él no tiene ni sigue ningún protocolo; él es como es.

Cuántas veces se estrelló contra un muro de desidia? Cuántas veces se sintió frustrado porque no le permitieron llegar a un objetivo?

Él simplemente fue al frente con sus ideas y nunca se desvió del camino, aunque a veces le hubiese “convenido” tomar por un atajo.

Caito fue y es la casa sin llaves para cobijar a quien sea sin diferencia de sexo ni edad.

Caito fue y será quien lleve comida a un hogar; quien compre en un kiosco masitas o caramelos para algún pibe; quien preste su auto a quien lo necesite, no importa si se rompe, él se hará cargo de los gastos.

Caito es éste de la era de la pandemia, que se levanta temprano todos los días y vuelve con las estrellas para ir de casa en casa ayudando gratuitamente a los chicos con sus clases virtuales. De vez en cuando alguien lo invita a que se quede a almorzar y esa es

su felicidad.

Caito es aquel que por dejar su casa abierta alguna vez le robaron su celular y ante nuestras preguntas de si había hecho la denuncia contestaba que no, pues seguramente el “ladrón” era algún chico de los suyos y se lo devolvería… Y así era: esperar dos o tres días y volvía el celular.

Caito es aquel que estudió Educación Física como excusa para estar en contacto con los chicos y guiarlos o ayudarlos en la vida.

Nunca pidió nada para él. Es más… para Caito el dinero es un papel que le ayuda a conseguir un medicamento, un anteojo, una ropa o un alimento para los demás.

Caito con sus chicos fue el gran pintor de las escuelas rurales y no rurales del distrito. Caito es quien los llevaba a una isla sin víveres a pasar dos o tres días sobreviviendo con lo que se presentara.

Caito es aquel que alguna vez fue en una lista política y llegado el momento no se votó él mismo por una cuestión de principios.

Caito fue quien hizo (sin que él lo pidiera) que alguna vez el pueblo de Daireaux marchara por las calles apoyando su postura. Por Caito (y sin su consentimiento) algún día padre y alumnos se negaran a entrar a la escuela siendo así solidario con él.

Muchas veces intentaron doblarle el brazo, alguna vez lo consiguieron, pero rápido resurgió.

Nunca canjeó sus valores ni sus principios, nunca tranzó por conseguir un objetivo. Hasta sus “enemigos” (que no los tiene) respetan y saben que ha tenido razón, pero se rigen por las reglas de la sociedad.

Darle dinero a Caito para algún fin solidario es saber que esa plata llega a destino y quizás con intereses. Nunca lo vas a escuchar decir: “ayudé a este o aquel”. Todo en silencio.

Persona humilde, sencilla, de bajo perfil, humanitario, desinteresado. No hace mucho tiempo ante una situación complicada y personal mía, me llamó ofreciéndome su casa y

diciendo que a parte de hermano yo era su ídolo. Ídolo yo… no. Ídolo vos, Caito. Hablar de vos o decir que sos mi hermano es mi carta perfecta de presentación.

Para finalizar, disculpa que publique esto sin preguntarte antes a vos. Pero como sabía cuál sería tu respuesta, me corté solo. Después de tanto escribir no podía permitir que seguramente no me lo dejaras hacer porque nunca te importó el “premio”, tu premio es seguir haciendo lo de siempre: ayudar al otro.

Tardamos un tiempo en darnos cuenta: pero hoy sí tus hermanos saben que así sos feliz.

Por lo tanto nos haces sentir felices y orgullosos a nosotros.

OSCAR

 

PD: También te pido perdón Caito y hermanos, no hice más que su voluntad. Marcela

 

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